Ogilvy crea un nuevo servicio para gestionar crisis reputacionales de marca originadas por influencers

Ogilvy acaba de presentar un nuevo servicio denominado «Influence Shield», orientado a atajar eventuales crisis de reputación de marca originadas por influencers a los que han pagado para promocionar sus productos.

 

En relación con la creación de este nuevo servicio, el responsable global de influencia de la agencia, Rahul Titus, considera que «mitigar y gestionar riesgos es muy importante», ya que «la influencia ya no es algo agradable para las marcas, sino que se ha convertido en un canal crítico para su negocio».

Ejemplos recientes como la campaña con Bella Hadid levantada por Adidas tras las protestas desde el Gobierno israelí por su presunto antisemitismo muestran ese contexto; y para evitar posibles situaciones de este tipo, Ogilvy proporcionará a sus clientes a través de este servicio, la revisión de históricos en redes sociales de los influencers con los que sopesan trabajar.

El objetivo es evitar que una publicación antigua, quizás publicada tiempos en los que esa celebridad digital era solo una persona más, sea reflotada de forma interesada para perjudicar a su autor, generando de esta manera un problema a la marca.

Esta es una de las prestaciones de «Influence Shield», pero hay otras, como la monitorización de la actividad en redes sociales de los influencers concernidos, o un equipo dedicado a resolver las crisis que puedan desencadenar para quienes les patrocinan.

Además, los propios influencers podrán beneficiarse del asesoramiento y la estrategia de Ogilvy para evitar o minimizar problemas derivados de su actividad.

La decisión de crear este servico va en consonancia con el hecho de que los clientes de Ogilvy ya gastan por término medio el 35 % de su presupuesto en canales digitales y de marketing de influencers, una realidad que en algunos casos eleva ese porcentaje hasta el 70 %.

En este contexto, la agencia de WPP espera capitalizar la preocupación de las marcas por verse involuntariamente salpicadas por guerras culturales vinculadas a temas controvertidos de la actualidad, y los influencers son especialmente vulnerables a ese riesgo, de manera que cualquier opinión, vínculo o gesto en las innumerables publicaciones o directos que se ven obligados a realizar para mantenerse visibles en las plataformas, pueden conllevar la interpretación de una posición sobre uno de esos asuntos polémicos.

Desde Ogilvy defienden que las consecuencias de una crisis de imagen pueden extenderse rápidamente a las marcas con las que colaboran, una circunstancia cada vez más probable en la medida en que la economía de los creadores fue valorada en 2023 en 250.000 millones de dólares por Goldman Sachs, ya la que ahora pretenden dar respuesta.

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