
El presidente de Bolivia, Evo Morales, se abstuvo de respaldar abiertamente esta propuesta, aunque también hizo reproches a la prensa de su país.
Ambos mandatarios han arremetido contra determinadas empresas de comunicación en sus países, a las que acusan de seguir los dictados de la oposición y de distorsionar informaciones con la única intención de lesionar sus mandatos.
El presidente Correa incluso ha amenazado a los medios que no están alineados con su proyecto con imponer leyes para controlarlos. "Tenemos que enfrentar y derrotar a ese poder tan grande y tan impune... y sancionar los abusos que se cometen en nombre de la libertad de expresión", ha afirmado Correa.