El programa televisivo del corazón 'Sábado Deluxe' anunció a bombo y platillo que su próximo gran invitado era Matías Urrea, el ex-marido de Ainhoa Arteta, y a la postre director de comunicación del INTA, un organismo pertenciente al Ministerio de Defensa, que acudía allí para hablar de su polémico divorcio con la artista. Sin embargo, finalmente el militar no acudió al programa.

El comunicador militar explicó la razón de su no comparecencia afirmando que en el Ministerio para el que él trabaja, no lo han visto bien, dejando caer que no tenía la autorización pertinente.

Desde el programa se dieron prisa en dejar claro que no es que él hubiera pensado en el bien de su ex para no acudir al programa a contar todos los trapos sucios de su relación, sino que simplemente que no le habían dejado, es decir, anunciaron que «no era porque él haya recapacitado o se lo haya pensado mejor".

También anunciaron que este profesional de la comunicación estaba haciendo todo lo posible para acudir al programa el fin de semana que viene, aunque en este momento, por el tipo de trabajo que tiene en una estructura militar y en el ámbito de un Ministerio, parece que "no le han autorizado».

Todo esto ya lo habñia adelantado Terelu Campos, y finalmente parece que se ha confirmado como la versión oficial, pese a que colaboradores afines a Urrea como Diego Arrabal intentaban dar otra explicación como que «ha sido asesorado sobre los riesgos que podría acarrearle en su carrera profesional», y por miedo a tener consecuencias negativas en su trabajo, Urrea no acudió el sábado al ‘Deluxe’ a criticar sin piedad a su ex-pareja.

A falta de Matías Urrea, el programa televisivo habló con el anterior marido de su exmujer, que no le dejó en buen lugar, al afirmar que «mi mujer tuvo que pedir dinero a su familia, ha pasado un calvario y lo sigue pasando, no llegaba a finales de mes de las deudas que había dejado, que si una tarjeta VISA, 6 meses de adelanto de nómina. No me extrañaría que haya dejado a Ainhoa Arteta en una situación no muy buena».

Así las cosas, el capitán de Fragata de la Armada Española, de 47 años, y comunicador del ámbito del Gobierno, ha sido descrito así por una amiga: «es un bicho malo. Es una persona que te da una cara y por detrás otra, si te la puede jugar, te la hace. Es un vende humos. También es piloto y nunca ha cogido un avión porque le dan pavor los vuelos».