Los directores de comunicación cobran importancia en tiempos de crisis
En estos tiempos de inestabilidad económica sin precedentes, los Directores de Comunicación están viendo cómo su puesto adquiere mayor relevancia dentro del organigrama directivo; al menos esto es lo que se desprende de la encuesta anual "The rising CCO", llevada a cabo por Spencer Stuart y por Weber Shandwick en coordinación con KRC Research.

Según este estudio, el 58 % de los Directores de Comunicación encuestados en todo el mundo dependen directamente de los CEO, frente al 48 % del año anterior. Esto supone un aumento de más del 20 % y la constatación de que los máximos responsables de la empresa se están apoyando en los dircom para afrontar la crisis.

Los Directores de Comunicación no sólo dependen cada vez más de los CEO, sino que el 40 % de ellos afirman que los Directores Generales son su mejor aliado dentro de la compañía. Este impulso en el liderazgo coincide con un aumento en la permanencia de los máximos responsables de la comunicación en sus puestos: mientras la media actual es de 65 meses, en 2007 era de 54 meses.

La encuesta también ha puesto de relieve la creciente importancia que supone la experiencia en Comunicación y Gestión de Crisis para los Directores de Comunicación. De hecho, la consideración de este área como un elemento básico para desempeñar exitosamente las responsabilidades de comunicación poseer ha crecido un 45 % respecto al año anterior.

Los Directores de Comunicación sitúan los blogs y los "medios sociales" como las herramientas que en mayor medida han empezado a utilizarse en los departamentos de comunicación en el último año y consideran que su uso va a incrementarse notablemente a lo largo de 2009. Aún así, los dircom tienen que afrontar un escenario en el que los nuevos medios sociales se presentan como una oportunidad, pero también como un desafío que hay que entender y valorar.

Aún así, la reputación corporativa sigue siendo la prioridad número uno en las áreas de comunicación de las empresas en 2009, teniendo que hacer frente a un enorme estrés no sólo por la coyuntura económica, sino por lo que conlleva Internet, que proporciona grandes oportunidades, pero también riesgos imprevistos.

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