De acuerdo con fuentes demócratas en contacto con la Casa Blanca, en las últimas semanas Gibbs ha explorado la posibilidad de dejar la Casa Blanca, quizá para montar su propia consultoría y jugar un papel decisivo en la campaña de 2012.
Le acompañará previsiblemente David Axelrod, máximo estratega de Obama, que volverá a Chicago para preparar la campaña de 2012. Allí está también el ex jefe de gabinete de Obama, Rahm Emanuel, que dejó el cargo para pugnar por la Alcaldía de Chicago.
Este movimiento se produce un día después de que Barack Obama volviese de sus vacaciones navideñas sopesando la posibilidad de un gran reajuste de su personal de confianza, con hasta ocho personas que podrían tomar nuevas responsabilidades en las próximas semanas.
Obama ha estado barajando la posbilidad de nombrar al ex secretario de Comercio con Clinton, William Daley, nuevo jefe de gabinete, y también ha estado sondeando a personas fuera de su círculo.
Este movimiento vendría a desmentir la versión dada de forma constante por la Casa Blanca de que el sustituto interino de Emanuel, Pete Rouse, un hombre que evita a los medios y cuyo perfil negociador es apreciado dentro de la residencia presidencial, se quedaría definitivamente con el puesto.
Los cambios coinciden con un nuevo Congreso, con una mayoría republicana en la Cámara Baja, que este miércoles comienza a trabajar con iniciativas fiscales conservadoras sobre la mesa y el deseo de tumbar algunos de los logros de la primera mitad del mandato de Obama, como la reforma sanitaria.
La reroganización busca en este sentido paliar algunas de las deficiencias detectadas por la Casa Blanca en estos dos años, sobre todo la falta de sintonía con la comunidad empresarial, a la que Daley es muy próximo, algo que paradójicamente podría molestar a la ya de por sí distanciada base liberal del Partido Demócrata.