José Antonio Llorente, socio fundador y presidente ejecutivo de LLYC, falleció en Madrid a los 63 años como consecuencia de un cáncer. Este comunicador y empresario, contribuyó a convertir esta empresa, antes denominada Llorente y Cuenca, en una de las agencias de referencia del sector.
Cuando Llorente fundó la firma en 1995, junto con Olga Cuenca, se trataba de una pequeña oficina que ahora se ha convertido en una de las 50 mayores de este sector a nivel internacional, con presencia en 12 países, y más de 1.000 empleados de 20 nacionalidades, entre periodistas, creativos, ingenieros de datos...etc.
El Consejo de Administración y los socios profesionales de LLYC han expresado su profunda tristeza y su solidaridad con la esposa de José Antonio Llorente, Irene Rodríguez, y con sus hijas.
José Antonio comenzó su carrera en la Agencia Efe y en el departamento de comunicación de la CEOE y, antes de crear su propia firma, llegó a ser CEO de Burson Marsteller en España, por entonces líder del sector de las consultoras de comunicación.
Posteriormente, ya en Llorente & Cuenca, hizo realidad su visión de una empresa de socios profesionales, volcada en aportar resultados para sus clientes y obsesionada con la innovación y con generar verdaderas oportunidades de crecimiento para los mejores profesionales. En poco tiempo, su impulso y su dedicación situó a la consultora como líder de la consultoría de comunicación, marketing y asuntos públicos en España, Portugal y América Latina. Hoy, el proyecto de José Antonio Llorente es una empresa cotizada, que está entre las 40 mayores del mundo y cuenta con más de 1.200 colaboradores.
José Antonio anticipó un futuro para LLYC que trascendía a las personas e impulsó el modelo de socios y la salida de la compañía a Bolsa en el BME Growth y un modelo de gobierno corporativo sólido.
Según ha expresado en nombre de todo el equipo de LLYC Alejandro Romero, socio y CEO Global de la compañía, “José Antonio, JALL para todo el equipo LLYC, nos deja un gran legado que cuidar y hacer crecer. Todos los que hemos tenido la inmensa fortuna de conocerle, trabajar y aprender con él le agradeceremos siempre su generosidad, su audacia y su brillantez, pero sobre todo su bondad. Nos deja un maestro, un mentor y un amigo. Seguiremos haciendo más grande su inmenso legado”.
Apasionado por el arte contemporáneo y coleccionista centrado en el arte español, portugués y latinoamericano, era Patrono del Museo del Barrio de Nueva York, miembro del Consejo Internacional de Mecenazgo de la Fundación Museo Reina Sofía y miembro del Consejo Asesor de la Fundación ARCO, que le había comunicado la concesión del premio al Coleccionista Español del Año en la edición 2024 de la feria.
En su labor filantrópica destacó además su compromiso con la Fundación LLYC, cuyo patronato presidió hasta 2022, y su colaboración permanente con la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer.