A pesar del balance que hace en un de sus medios de cabecera, en el que todo son parabienes, felicitaciones y satisfacción personal, en el mundillo se sabe bien que las cosas no han sido tan bonitas.
La prepotencia y alto concepto de sí mismo de Muñoz, desde el día que puso el pie en Telefónica hasta su desventurada salida de esta semana, no han tenido fácil encaje en una plantilla que conoce bien su trabajo y para la que los presuntos gurús están de más.
“Lo que actualmente se hace en la comunicación de Telefónica ya no es algo personal de Félix Muñoz, sino que se trata del trabajo que desarrollan los equipos y las agencias...” dice en una macroentrevista donde explica su salida de la operadora. Sí, sí, lo dice así de claro. Y no puede uno por menos que imaginarse a “los equipos y las agencias” dudando entre reír o llorar..."