Según este estudio, el recurso a las relaciones públicas se revela particularmente útil cuando es preciso ofrecer una imagen creíble al cliente y convencer a éste con argumentos sólidos para la compra. La publicidad, por el contrario, es más adecuada cuando la compra requiere un menor nivel de atención por parte del consumidor.
Cuenta Marketing Directo que la publicidad es, no obstante, indispensable, ya que, a diferencia de las relaciones públicas, es perfectamente controlable; aunque también es entre ocho y diez veces más cara.
“La eficacia de las medidas adoptadas en el área de la comunicación por parte de las empresas asume un papel cada vez más relevante. Es, por ello, que se aventuran cambios en los planes de comunicación a nivel corporativo”, ha asegurado Lothar Rolke, responsable del estudio.
Según el informe, la publicidad está cediendo terreno en favor de las relaciones públicas. Al fortalecimiento de esta tendencia contribuye Internet, puesto que la red de redes se rige más por los principios de las relaciones públicas, basados en el diálogo, que por las reglas de la publicidad, articuladas en torno la búsqueda de atención por parte del cliente.
Como consecuencia de las nuevas tendencias surgidas en el área de comunicación de las empresas, los expertos en publicidad y los expertos en relaciones públicas se verán obligados a trabajar más estrechamente en el futuro, lo cual podría desembocar en una lucha de poder para dirimir quién lleva o no las riendas de la comunicación exterior dentro de la compañía.