A principios de noviembre Carlos Puigdemont concedió una entrevista a la televisión pública francófona; cinco días después hizo lo mismo con la televisión flamenca; y el 16 de noviembre acudió a The Alex Salmond Show, un programa dirigido por el que fue ministro principal de Escocia y que dimitió después de perder el referéndum de independencia en 2014.

En medio de estos tres programas de televisión ha mantenido entrevistas con casi todos los periódicos de Bélgica y también de otros países europeos.... sin embargo, nunca ha hablado con periodistas de los medios españoles no nacionalistas.

Según detalla esdiario, en Bruselas hay 50 corresponsales españoles, pero Puigdemont hace como que no existen. Dentro de este grupo no están incluidos los medios catalanes financiados por la Generalidad, y que se siguen dirigiendo a Puigdemont como presidente legítimo de Cataluña.

El ex-dirigente exiliado en Bélgica ha utilizado los programas de TV3, El Punt Avui o la Agencia Catalana de Noticias como altavoces de sus mensajes contra el Gobierno de España, y desde que atravesó la frontera belga huyendo de la justicia española, ha evitado cualquier contacto con los periodistas españoles.

En su primera rueda de prensa nada más llegar no concedió la palabra a la prensa española, y tan solo aceptó preguntas de cuatro medios internacionales y TV3. Tampoco hubo posibilidad de preguntar en el encuentro que mantuvo con 200 alcaldes en el Teatro Bozar de la capital comunitaria.

Para más inri, en las últimas horas uno de sus exconsellers ha dado una lección más de cómo ningunear a la prensa española. Toni Comín, antiguo responsable de Sanidad, convocó exclusivamente a los medios catalanes, salvo El Periódico y La Vanguardia, para valorar el fiasco que supuso la pérdida de Barcelona como candidata a albergar la Agencia Europea del Medicamento.

Se trató de un encuentro que mantuvieron a escondidas, en un punto remoto de Bruselas y totalmente al margen de los medios españoles. Para redondear este último esperpento, minutos más tarde y a través de un audio de Whatsapp, el personal que está al servicio de la causa independentista abanderada por Puigdemont, envió al resto de periodistas el mensaje que el ex-consejero había ofrecido previamente a los colegas catalanes, lo que ha provocado el enfado de la delegación de corresponsales españoles.