Las funciones de interlocución con los medios de comunicación fueron asumidas en noviembre por Álvaro Nadal, nuevo ministro de Energía y Turismo, en calidad de responsable también de esa nueva área denominada “agenda digital”, con lo que irrumpió en un terreno dominado y controlado hasta entonces por la vicepresidenta, Soraya Saenz de Santamaría.

Nadal recoge de esta manera las competencias que antes desempeñaba José Manuel Soria en Industria, es decir, toda la regulación que afecta al sector de las telecomunicaciones y a la aplicación del tercer dividendo digital, programado para 2020 y que las cadenas de televisión quieren retrasar todo lo que sea posible.

También está pendiente el debate sobre la posible vuelta de la publicidad a RTVE como forma de financiación, o bien que se abra más la mano en materia de los patrocinios televisivos del ente público.

Así las cosas, según cuenta El Confidencial Digital que cita fuentes conocedoras de los planes del Ejecutivo, con la reforma de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la vicepresidenta podría recuperar de nuevo el control que tuvo sobre los medios de comunicación.

El Gobierno y Ciudadanos están rematando los últimos flecos de un gran acuerdo para modificar la regulación y supervisión de todos los sectores de la economía española, que incluye, entre los puntos más importantes, dividir la CNMC en dos organismos.

Uno de los entes de la nueva CNMC se dedicará a controlar que el mercado y las empresas respeten las reglas de competencia. Se denominará Autoridad Independiente de los Mercados (AIReM), y asumirá las funciones de supervisión y control de los sectores económicos regulados (en especial, los sectores telecomunicaciones y audiovisual, energético y transportes) y de resolución de conflictos entre operadores económicos.

Según estas informaciones, parece que Moncloa baraja el nombre de la actual vicepresidenta de la CNMC, María Fernández, para dirigir ese organismo. Economista y funcionaria, esta amiga y colaboradora de Álvaro Nadal se convertirá en el “auténtico brazo ejecutivo del regulador”, lo que supondría también la “supervisión” de Sáenz de Santamaría, con el beneplácito del ministro del ramo, de las decisiones del organismo que supervisará el sector audiovisual, las telecomunicaciones, el mercado energético y el sector postal.